Creo firmemente que de alguna forma todos
estamos conectados con las personas de nuestro pasado, en especial las
relaciones amorosas. No solo por las memorias, pero también por las
experiencias vividas que nos ayudaron a forjar la personalidad que tenemos hoy. Todos somos la suma de nuestras acciones y no
hay acción más relevante que decidir con quién compartimos los momentos más íntimos
de nuestras vidas.
Lo creo porque es la única explicacion que
tengo para mi teoría del Exfactor… y se preguntarån que es esto? No les ha
pasado que llevan meses sin salir con nadie, que ya están por guindar los
guantes y pasar el resto de sus fines de semana entre las sábanas con la única
compañía de una buena botella de vino, helado y la última serie en Netflix,
cuando aceptas la invitación de tu amiga a salir de la casa y la acompañas a un
evento de su empresa y de repente zas!
Conoces a este adonis que acaba de llegar a la ciudad soltero, guapo,
“good on paper” (vease significado abajo) y te la pasas horas hablando con él y
al final de la noche te pide el teléfono, y no te lo puedes creer. Piensas que por fin se acabo la maldición de
#foreveralone y te salió algo bueno.
Te montas al Uber, emocionada… revisas el
celular cada 2 min para ver si el espécimen ya te escribio cuando depente entra
un mensaje. El corazón se te quiere salir del pecho, abres tu whatsapp y encuentras
un…. “hola mi amor qué haces?” para tu mala suerte, no es el especimén sino el
último desgraciado que te rompió el corazón. Ese que después de 3 meses de un
noviazgo intenso te vino con el “no eres tú, soy yo” y te chifió en el último
año, y no has sabido de él desde que lo bloqueaste de tu Instagram.
En ese momento no sabes que pensar. Por un
lado te emocionas porque tienes que admitir que has soñado con el momento de
encontrártelo en la calle o que te buscará. Tienes planeado mil cosas que
quieres decirle, pero sobre todo sacártelas del pecho. Y mientras te quedas
viendo tu celular pensando que responder, o si responder del todo, caes en
cuenta que por qué, de todas las noches en el úlitmo año el desgraciado aparece
en la primera noche que alguien te llena la barriga de mariposas… esos señoras
es lo que llamo el Exfactor.
Es ese que aparece cuando menos lo quieres
o lo planeas. Cuando ya por fin has decidido olvidarlo, cuando ya encuentras a
alguien que te llama la atención. Cuando dejaste de ver sus fotos en tu celular
todas las noches. Cuando por fin “coges un break” aparece como una tormenta
para echarter para atrás todo lo que has avanzando. No se como lo hacen. Tengo
amigas esotéricas que piensan que ellos perciben la amenaza en el aroma de
nuestros cuerpos que se queda con ellos. “Apenas huelen que se acerca otro
macho, salen corriendo a ver como te rescatan” me dice una de ellas.
Puede que sea verdad, o puede ser algo más
práctico como que te ven felices en tus fotos en las redes. Pero la verdad es
que aparecen y salen al acecho. Comienzan por querer ser amigos, porque les
cuentes en que andas, y cuando menos te lo esperas terminas por olvidar
reponderle al buenón de la oficina de tu amiga, por estar parándole bola al
Exfactor de vuelta, y eso no le conviene a nadie.
No digo que todos los Exes sean malos, pero
si son Ex es por algo. A veces la emoción de sentirnos buscadas por ellos de
vuelta, nos hace olvidar porque terminamos en un principio. Olvidas que no era
atento, que no te admirada o que siemplemente quería estar contigo y con mil
más a la vez. La razón que fuera, debemos tenerla presente cuando aparezcan
para estar seguras si es algo que queremos repetir en nuetras vidas. Mi
recomendación es que no lo hagan. Si quedan atrapadas en un pasado que no fue
bueno, no va a terminar bien. La gente no cambia, puede que evolucionen, pero
no cambian. Y si intentas repetir un error tu sola te condenas al fracaso.
Es mejor estar pilas, y saber parar cuando
un Exfactor llegué. Dejarle claro que estas en nueva etapa en tu vida y no
necesitas ahora mismo su amistad o su compañia, que esa oportunidad la tuvo y
no la aprovechó. Y no lo haces porque tienes alguién nuevo, lo haces porque si
algo aprendiste de un desamor es aprender amarte a TI misma para que más nadie
pueda hacerte daño.
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